"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
La imagen “borrosa” de los atletas paralímpicos
12/05/2014
Las ciencias sociales han intentado desde los años ochenta analizar la imagen que los medios de comunicación construyen y difunden de las personas con discapacidad porque siempre se ha intuido que dicha imagen contribuye, de manera manifiesta o tácita, a estigmatizarlas. Y desde hace más o menos una década ese interés se ha centrado en estudiar el tratamiento mediático de las personas con discapacidad a través del deporte.
Probablemente, eso tiene que ver con el hecho de que los Juegos Paralímpicos se están convirtiendo en uno de los acontecimientos mediáticos más importantes del panorama deportivo internacional y que, a través de ellos, se proyecta una imagen de la discapacidad que llega a cientos de millones de personas.
Para el Grupo de Investigación sobre discapacidad y Comunicación (GIDYC) de la Universidad CEU Cardenal Herrera esta ha sido también una preocupación prioritaria desde 2008 y, por ello, hemos analizado sistemáticamente el tratamiento que los medios españoles dieron a los Juegos de Pekín y la cobertura informativa de los de 2012 en Londres.
Y cuando nos preguntamos cuál es la imagen que se está proyectando de los atletas con discapacidad en la información sobre estos “megaeventos”, nuestra conclusión general es que existe una poderosa tensión entre, por una parte, la tendencia de los medios a presentarles como héroes y, por otra, la de no prestarles la atención que, en teoría, merecerían.
Parece una paradoja, pero no lo es. Los medios deportivos regionales dedican una gran atención a estos atletas porque en ellos prima el valor de la proximidad, lo que hemos denominado el “anclaje de cercanía”, mientras que los medios de mayor audiencia han de atender los “intereses generales”, entre los cuales parecen no encontrarse todavía los Juegos Paralímpicos. Otro caso muy distinto, claro está, es el de los medios públicos (TVE y RNE), que se ven obligados a cubrir estos acontecimientos y a sus protagonistas en atención a su “responsabilidad social”.
Por eso, en los medios más locales aparece un tipo de relato que nos hemos atrevido a calificar de “épico”, basado en las historias de vida de los atletas, en una excepcional implicación del narrador y en la tendencia a concluir con un final feliz que, a veces, incluso esconde el hecho de que los resultados no cubren las expectativas. Sin embargo, en los diarios generalistas y en los deportivos de edición estatal, así como en las televisiones privadas, la información sobre los atletas con discapacidad es muy inferior a la que se ofrece sobre otros acontecimientos (empezando, por supuesto, por el fútbol, pero muy por debajo también de otros deportes como el baloncesto, el tenis o el motor) y se reduce a los datos sobre algunas medallas o records.
Hay excepciones, por supuesto, como David Casinos o Enhamed Enhamed, y de forma destacada Teresa Perales, que con 22 medallas ha igualado el récord de Michael Phelps. Pero, confirman la regla: incluso en estos casos, la atención que han conseguido por parte de los medios no puede compararse, ni de lejos, con la que éstos dedicaron a la “tristeza de Ronaldo” o, ni siquiera, a la que prestan cualquier semana a un partido del Barça.
Así pues, nuestros datos apuntan que los medios en general construyen una imagen contradictoria, algo “borrosa”, podríamos decir metafóricamente, de los atletas con discapacidad. Cuantitativamente, el espacio que se les dedica ha crecido en los últimos años y con ello ha mejorado su imagen como deportistas de élite. Pero, este espacio continúa siendo muy escaso en los medios privados de mayor difusión, lo que da muestras de su falta de interés en unos acontecimientos que, sin duda, poseen todos los valores de la noticia. Por otra parte, cualitativamente perdura la tendencia a presentarles como héroes que han sobrevivido a grandes dificultades, que han superado grandes retos vitales. Lo que, por supuesto, es verdad, pero les muestra como atletas “diferentes” y “excepcionales” en comparación con sus compañeros y colegas “sin discapacidad”.
Probablemente, esta imagen ganará nitidez en los próximos años. Y los atletas paralímpicos se mostrarán como lo que son: deportistas de élite que compiten con otros atletas en un contexto de enorme exigencia. Dejarán de ser héroes para convertirse en referencias habituales, a veces anodinas, en los grandes diarios y en informativos del mediodía. Será el precio de la “normalización”.
Josep Solves Almela, Profesor de comunicación de la Universidad CEU Cardenal Herrera
Coordinador del Grupo de Investigación sobre Discapacidad y Comunicación (GIDYC)